«La primera relación sexual no debe idealizarse ni crearnos ansiedad porque no determina necesariamente nuestra futura vida sexual», explica el Dr. Christian Rollini, psiquiatra, psicoterapeuta y sexólogo de Lausana. Más detalles a continuación
Al menos, si no sale tan bien como esperamos, debemos tener en cuenta que la sexualidad es una cuestión de experiencia. Así, si uno se convence de que la primera vez es decisiva, es probable que lo sea, incluso negativamente, si no sale bien. Centrarse en una mala experiencia, sea cual sea (actitud inapropiada de la pareja, violencia, etc.), con el riesgo de cristalizar una falsa creencia, puede efectivamente congelarnos en un papel que dificulta la realización sexual. El especialista nos aconseja que hablemos con nuestro compañero, para expresar lo que nos gusta y lo que no nos gusta. Si está sufriendo, considere la posibilidad de hablar con un tercero, o incluso con un especialista si es necesario.
Además, hacer el amor por primera vez es un momento muy especial, que puede generar muchas expectativas en hombres y mujeres, aunque, paradójicamente, tienen muy poca experiencia. Además del placer del encuentro carnal, a veces hay torpeza, dolor o miedo. Por ejemplo, describe el Dr. Rollini, «un deseo demasiado fuerte y descontrolado por parte del hombre puede conducir a la eyaculación precoz, lo que no significa que vuelva a suceder, que uno sea un ‘eyaculador precoz'».
Del mismo modo, en la forma femenina, el miedo al dolor durante la penetración o la vergüenza de mostrar el cuerpo puede impedir que se suelte y disminuir el placer. Pero, en general, cuanto más sexo tienes, más se disipan tus miedos y prejuicios y dejan espacio para otras sensaciones y nuevos deseos.
A pesar de todo, la primera vez permanece un momento aparte en la medida en que cada persona pone en juego, en la realización del acto, su personalidad, sus representaciones de la sexualidad, su identidad de género como hombre o mujer, su preferencia sexual, su capacidad de relacionarse con el otro en la intimidad, su educación, su herencia. Esto es lo que hace que esta experiencia mundana sea un evento único. Y, cuando todo va bien, una primera «exitosa» primera vez construye la confianza y una base positiva para el futuro de la sexualidad de uno.
No es innato
Aceptar que la primera vez es ante todo un paso puede ser también tranquilizador. De hecho, a menudo se cree erróneamente que la sexualidad es algo innato, pero se aprende, como muchas otras cosas. El deporte, una actividad que también requiere algunas habilidades corporales, pero que es mucho menos compleja que el acto sexual, a menudo se aborda de manera más racional: «Sabemos que un primer descenso en esquí a menudo será laborioso, pero cuanto más se baje por las pistas, más placer se obtiene.
Es básicamente lo mismo con el sexo», dice. Es más, la sexualidad es una cosa dinámica que evoluciona a lo largo de la vida. De hecho, no tenemos las mismas necesidades, deseos y expectativas a los 20, 40, 60 o después. Y, independientemente del momento de la vida, estas expectativas también pueden variar dependiendo de la pareja. Todas estas son razones para adoptar una actitud positiva hacia su sexualidad y para esperar experiencias futuras.
Consejos para empezar bien
- Hable con su pareja. Atrévase a hablar de lo que les ha gustado y lo que no les ha gustado.
- Aprenda a cuestionar sus propias creencias y no quedarse atascado en un papel o experiencia negativa.
- Estar informado sobre la sexualidad y saber cómo funciona a menudo puede ayudarle a minimizar y cambiar sus convicciones.
- Admita que la experiencia juega un papel y que la sexualidad evoluciona.
- Si tiene dudas, una mala experiencia de carácter traumático, preguntas o necesita ayuda, no dude en acudir a organizaciones especializadas como la Planificación Familiar.