Salud Sexual Masculina

La adicción al sexo es un trastorno que se muestra de forma poco recurrente en nuestros consultorios, si bien no obstante según estadísticas como las de Patrick Carnes afectaría a un porcentaje esencial de la población estadounidense (del 3% al 6% la sufren en algún instante de su historia).  

Estimando que esta nosología perjudica con seriedad a la persona, tanto a nivel psicológico como de salud física, relaciones sociales, de pareja e inclusive a su trabajo y economía, pensamos en contestar a ciertas cuestiones usuales sobre el tema. Por el hecho de que además de esto en las relaciones de pareja se muestran habitualmente discusiones que prueban el poco conocimiento en lo que se refiere a la diferencia entre una adicción sexual y el deseo sexual habitual prominente.

¿Qué se considera adicción sexual?

La adicción sexual es un trastorno que sufren en la mayoría de los casos los hombres, pero asimismo se muestra en mujeres. En los hombres se lo frecuenta denominar como satiriasis y en la mujer ninfomanía

La adicción sexual se identifica por la sepa de control sobre el impulso sexual. Frente a la fuerte irrupción del deseo producto de un pensamiento, un estímulo físico de adentro o de afuera, no hay oportunidad de freno: la actividad sexual o masturbatoria es incontenible, sea como sea el contexto, aun si resulta precisamente problema o amenazante.

¿Qué consecuencias tiene la adicción sexual?

Primeramente resulta irrealizable mantener una relación de pareja saludable gracias a las presiones por tener sexo de forma permanente, tal como por las permanentes infidelidades o aun las infecciones de transmisión sexual que tengan la posibilidad de contagiarse. Las relaciones sociales, el trabajo y cualquier emprendimiento de vida se ven perjudicados por esa hiperactividad sexual que no deja meditar ni accionar de forma razonable. Y además de esto, si bien parezca lo opuesto, son personas que viven con tal nivel de culpa y angustia por su sexualidad desmandada que tampoco la gozan, lo que a propósito perjudica con seriedad a su autovaloración. Por consiguiente la relación de necesidad que hay con el sexo (como pasa en las adicciones a las drogas) y la insatisfacción sexual son las especificaciones primordiales de este trastorno. En ocasiones la situación es tan severa que se cae en la depresión, la ansiedad grave o aun el suicidio. 

¿Cuál es la diferencia entre la adicción sexual y un deseo sexual prominente pero no patológico?

Un individuo que tiene un deseo sexual alto, si bien necesite de una continuidad alta de masturbación o coito (en ocasiones todos los días) tiene un control voluntario de ese impulso sexual. En consecuencia puede seleccionar cuándo, de qué manera y con quién llevarlo a cabo, sin que el sexo sea fuente de alteraciones en su historia. Además de esto, las relaciones íntimas son percibidas como satisfactorias, relajantes y libres de cualquier sentimiento de culpa. 

¿Cuáles son las causas de la adicción al sexo? 

Hay múltiples líneas causales, y debemos estimar distintas causantes que pertenecen a su etiología: abusos sexuales en la niñez, hiperestimulación sexual a temprana edad, baja autovaloración con necesidad de probar la aptitud de atracción o desempeño sexual. Los duelos patológicos con sus modificaciones cariñosas mal procesadas se piensan en ciertos casos como causas de adicción sexual. Asimismo algunos trastornos sicológicos, especialmente los trastornos de personalidad como el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno límite, y ciertos trastornos del estado anímico como el de tipo bipolar. Los estados de stress, que acostumbran a asociarse con hipoactividad sexual y disfunciones sexuales, asimismo podrían generar adicción sexual aguda en varias personas. Y desde el criterio médico las modificaciones neurológicas y neuroquímicas tienen que investigarse como causas potenciales. 

¿Hay tratamientos para la adicción sexual?

La adicción sexual necesita de un régimen concreto y multidisciplinario, y evidentemente de un diagnóstico exacto. La psicoterapia individual más allá de que es precisa no es bastante, puesto que no tiende a ser eficiente sin otras terapias de acompañamiento: psicofármacos indicados por el médico psiquiatra, redes de contención, conjuntos de autoayuda, psicoterapia de pareja y de familia. De los modelos de psicoterapia que podríamos proponer para el manejo de estos síntomas, la terapia cognitiva es bien interesante en tanto que le enseña al tolerante a detectar el impulso sexual y a manejarlo antes que se vuelva incontrolable a través de técnicas de relajación y distracción, por ejemplo tácticas de afrontamiento.  

Redactado para Boston Medical Group por Ezequiel López Peralta.

Sicólogo. Máster de Sexología Clínica. 

¿Sabías que en promedio, 1 de cada 5 hombres en todo el mundo, muestra una disfunción íntima?

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